El niño de Deserción. – Danny Figuera

Danny Figuera nació en caracas el 31 de octubre, fui un niño al cual siempre le dieron muchas cosas materiales, pero, muy poco amor o quizás me lo daban con cosas materiales, a los 6 años tuve un accidente automovilístico, en el cual, íbamos mi hermana, mi sobrino y yo, en donde estuve 4 días hospitalizado, mi hermana luego de 8 días hospitalizada, falleció.

Eso generó un abandono total y mucha tristeza ya que era la que me llevaba al colegio y me atendía cuando mi madre trabajaba, no sentía ganas de vivir y me sentía muy mal, sentía que se había ido gran parte de mi alma al no tener a ese ser que siempre estaba conmigo y que nunca me desamparaba.

Yo estaba en primer 1er grado y no sabía leer y siempre decía: ¡es que la nena, – o sea, mi hermana – , no está y por eso no sé leer!, en vista que esto era muy recurrente en mí, deciden llevarme con un psicólogo infantil; con este duré un tiempo determinado y finalmente aprendí a leer.

Este proceso de no saber leer hizo que repitiera 2do grado y tercer 3er grado, ya que me pasaban de grado como para salir del paso y no ver la magnitud en la gravedad de la situación en la cual me encontraba; un día me vino una luz, quizás la de mi hermana y aprendo a leer y tengo todos los conocimientos para ser promovido a 4to grado.

Al llegar a este nivel, pasé todas mis materias y curso de manera normal toda mi primaria, tratando de pasar con buenas calificaciones ya que me decían que, ¡un alumno con notas bajas para 1er año era fatal y les iba muy mal!

Llegué a 7mo grado, pasando todas mis materias, era muy fuerte, ya que, eran doce 12 materias que veía y la cuestión se hacía cuesta arriba, sólo por la gracia de Dios, logré pasar todas mis materias, en vista de esto, le solicité a mi mamá que me cambiara de colegio ya que no me sentía bien estudiando en este liceo.

Me cambiaron a un colegio en el paraíso ya que allí era para mi el lugar indicado para poder salir adelante y relacionarme con gente de abolengo, ya que para aquel entonces yo me sentía superior a los demás, tenía un autoestima muy baja y esto me hacía sentirme yo por una gran necesidad de ser amado y aceptado. En este colegio curso 2do año, aquí la cosa se pone full fuerte ya que era más grande y por ser un adolescente y haberme criado en un hogar disfuncional, me empezaron a quedar materias y nuevamente me toca repetir el 2do año.

Posteriormente, llego al 9no grado, aquí el alcoholismo de mi madre se hace más fuerte y yo ya no sentía ganas de vivir, razón por la cual, repito este año como otras tantas veces, por lo que no me permiten seguir estudiando en el día, en vista de esta situación decido ponerme a trabajar en ARTURO’S para poder pagarme el parasistema y culminar mi bachillerato, estudiaba y trabajaba, también me veía con un psiquiatra para tener las fuerzas para vivir y seguir adelante, este especialista me recomendó ir a Al-Anon, donde asisten los familiares y amigos de alcohólicos para que me ayudaran a convivir con mi madre que sufría de una enfermedad llamada alcoholismo.

Al pasar el tiempo, logré conseguir un empleo como mensajero en un corretaje de seguros, logré estudiar: riesgo y seguros, sacando el T.S.U y posteriormente obtuve la licenciatura en Administración. He logrado superar todas las dificultades y salir airoso de toda la disfuncionalidad en la que vivía y hoy en día me siento orgulloso del ser humano que soy hoy. Agradezco a la vida por enseñarme a distinguir lo vital de lo importante, a relativizar los problemas. Estoy aprendiendo a vivir sin prisas, a disfrutar de este viaje, del paisaje y del camino de esos placeres como el atardecer en una playa, o la caricia amable de una brisa de verano. Detrás de cada mal hay un bien oculto, lo importante es descubrirlo. 

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