Germán López

Mi nombre es Germán López y mi vida ha sido una montaña rusa de emociones, desafíos y logros. Desde pequeño supe que era diferente, que mis sentimientos no encajaban con lo que la sociedad y mi entorno esperaban de mí. A medida que fui creciendo, me di cuenta de que era gay, pero preferí ocultarlo y hacerme la idea de que no era cierto, no podía creer, aceptar y asimilar dicha situación; tuve miedo de revelar mi verdadera identidad a mis padres y de cierta manera me alejé un poco de ellos.

 

La primera persona a quien se lo conté fue a un amigo del liceo, se lo tomó muy bien, fue empático, posteriormente se lo conté a mi mejor amiga y también fue comprensiva y amorosa, hasta que poco a poco mis demás amigos del liceo lo supieron. En una ocasión, mi hermano encontró una conversación con un muchacho que me gustaba, para mi sorpresa no comentó nada o dio mayor importancia a esa información, ya que él, también es gay y comprendió lo que conllevaba hablar del tema.

 

Conocí a una persona la cual me gustaba mucho y decidí sutilmente ir soltándome hacía ellos, cuando finalmente decidí contarles la verdad, mis padres me aceptaron con amor incondicional. Primero hablé con mi madre, estaba sorprendida pero al mismo tiempo no, como que lo presentía; con mi padre fue súper raro y chistoso porque les presenté a un “amigo”, ha ambos les cayó bien, hasta que notaron que no era un simple amigo, sino algo más y lo aceptaron bien. Fue un momento de liberación para mí, porque finalmente me sentí libre de ser yo mismo. Mis padres me apoyaron en cada paso del camino, celebrando mis logros y consolándome en los momentos más difíciles.

 

Sí habían personas que me discriminaban, nunca faltaba un mal comentario, o algo mal intencionado y, acoso por parte de algunos compañeros del liceo y personas en mi comunidad. No me costaba asimilar que yo era así, no podía aceptarme aunque sabía lo que realmente quería, tuve momentos muy oscuros en mi vida y mi mente se nubló en muchas oportunidades, tanto para llegar al punto de no querer enfrentar lo que pasaba y querer tomar el camino fácil, estos eventos dejaron cicatrices emocionales que todavía me persiguen, sin embargo, con el tiempo me di cuenta que, ya tenía muchos amigos que me aceptaban y apoyaban, sumado a ello que, habían varios compañeros gays que me comprenden, que pasamos buenos momentos, buenos tratos; a este punto dejó de importarme y a no tomar en cuenta a aquellas personas que no comprendían y se mofaban. A pesar de haber superado muchas adversidades, todavía lucho con la ansiedad y la depresión, producto de las heridas del pasado.

 

Aunque mis padres me aman incondicionalmente, siento que no puedo compartir este lado oscuro de mi vida con ellos. Temo que se sientan culpables por no haberme protegido o que se preocupen demasiado por mí. Prefiero guardar silencio y enfrentar mis demonios internos solo; a pesar de todo, sigo adelante con valentía y optimismo, he intentado buscar ayuda profesional para sanar las heridas del pasado. Sé que tengo un largo camino por recorrer, pero también, sé que tengo el amor y el apoyo de mis padres, familiares y amigos para enfrentar cualquier desafío que se me presente. 

 

He logrado conseguir muchas cosas que siempre quise: me gradué del liceo, hice un curso excelente de cocina que siempre me llamó la atención, conseguí un buen trabajo y formé relaciones significativas con amigos y familiares.  Además, he logrado construir un emprendimiento exitoso que me permite vivir la vida de manera cómoda. Conocí a mi actual pareja, un novio increíble que me apoya en todo momento y me brinda el amor y la comprensión que necesito para seguir adelante. También, continúo formándome en cursos para lograr mi objetivo de “ser buen emprendedor”.

   

Hoy en día fui entrando al mundo del activismo porque quiero lograr cambios para que la sociedad sea más inclusiva y respetuosa, muchas personas confunden la identidad de género con preferencia sexual. Eso es algo que todos deberían saber, esto no lo he hablado dentro de la sociedad donde vivo. Lo segundo es hacer valer nuestros derechos humanos. Todos los seres humanos nacemos con derechos y, por pertenecer a la población LGBTIQ+ nos lo niegan.

 

El primer consejo que daría a aquellas personas que tengan el mismo conflicto que yo por ser gay es: tener amor propio. Si se tiene el cariño consigo mismo y respeto, lo que los demás hablen, comenten o piensen, dará igual. Y el segundo consejo es: si llegan a un punto en el que tocan fondo, nunca tomen el camino fácil, busquen apoyo de alguien y por último, jamás cambiar por alguien, ser siempre auténticos, y cuando tengan la oportunidad de ayudar a otras personas, estar ahí, brindando esa mano amiga.

 

Mi vida es una historia de lucha y superación, una historia que demuestra que el amor y la aceptación pueden superar cualquier obstáculo. Aunque todavía guardo secretos dolorosos en mi interior, sé que tengo un futuro brillante por delante, gracias al amor incondicional de mis padres y mi propia determinación para sanar y seguir adelante.

 

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