Wilson Márquez
“¿Cómo le explico a mis padres que soy gay?,¿será necesario?”
Soy Wilson Marquez y desde que tengo uso de razón he sentido atracción por los chicos siendo un chico “¿será algo raro?” Una pregunta que me hice desde pequeño. A lo mejor te preguntas por qué comencé este texto con una pregunta (la mayoría de nuestra comunidad, es una completa interrogante la que nos hace dudar y temer) porque dudamos del apoyo de nuestra familia y amigos, y temer a un rechazo.
Ahora sí, ¡Comenzamos!…
Soy Wilson Marquez, tengo 23 años de edad fui criado por mis padres en una familia un poquito cerrada al tema de la homosexualidad. Donde había estereotipos, donde usar arete era para las niñas, donde usar una camisa color rosa no era de hombres, donde los tattoos eran para malandros, quien quiso romper esos estereotipos fuí ¡Yo!
Siempre escuchaba las típicas conversaciones de gente adulta decir -que feo dos hombre besándose-, -feo dos hombres en la cama- yo realmente me preguntaba “¿algo mal está en mi cabeza, en mi espíritu o en mi salud que me hace sentir esto por otro hombre?” Llegue a ver pornografia heterosexual para ver si me llegaba a gustar estar con una chica sexualmente y lo único que terminaba era viendo al chico.
Para mi no fue nada fácil pasar la etapa de descubrimiento, para saber que realmente era lo que quería en mi vida sexual y amorosa. Llegué a llorar algunas noches hasta lograr quedarme dormido y sentir que estaba solo, sentir un vacío grande en mi pecho y saber que una de las personas que me quería tal cual como era se había marchado de este mundo y no sabía si hacer lo mismo solo por salir del paso. Muchos acuden a quitarse la vida por sentirse solos, enfermos o paré de contar. Pensé muy bien las cosas y me dije: -¡Yo tengo que enfrentar esto y seguir!….- ¡No diré que quienes acuden al suicidio son débiles o que son guerreros que se dan por vencidos y no! Yo diría que son guerreros fuertes para poder tomar esa decisión tan dura porque para eso si fui cobarde y gracias a eso soy fuerte para enfrentar al mundo.
Viví con miedo a ser descubierto y con la inquietud de que sería de mi vida, porque sabía que estaba algo mal en mi o en la sociedad, y creía que el que tenía que cambiar era yo -¡Y no, yo estaba bien, los que estaban mal eran aquellos que aún no aceptan que dos personas del mismo género se amen plenamente!-. Pensé en decirlo o callarlo, pensé en irme de la casa sin explicación alguna, pensé en una y mil maneras de salir de este lugar que me tenía en el típico “closet”. Era algo así como, si estuviera encerrado en un closet y las opiniones de las personas, prendas que lanzaban y me hacían sentir más ahogado en ese lugar de encierro del cual pensé que nunca tendría salida, algo así es el típico “closet”. No podía salir porque si dentro de ese “closet” ya me sentía ahogado por los comentarios, sabía que afuera iba a ser peor, pero ya estaba a punto de explotar por la cantidad de comentarios que tenía dentro. Estaba tipo: “una caja fuerte con mucho dinero que ya no entraba ni una moneda” “el vaso lleno de agua que no puede con una gota más” “una computadora llena de archivos que ya no puede guardar ni una foto más. -¡Algo así estaba yo!-
El primero que supo todo esto fue mi hermano menor, que recuerdo muy claramente, cuando se lo dije su respuesta fue: – ¡Siempre lo supe, y no era necesidad decírmelo cuentas conmigo!. Creo que más me costó saber como decírselo, que la respuesta tan maravillosa que me dio. Con mis padres fue distinto porque no se lo dije yo, se lo dijo alguien donde estaba estudiando en ese momento. Mi mamá y mi papá no paraban de llorar, de decir que era una decepción y en el qué dirán mi familiares y vecinos. Mi respuesta fue: – ¿Ellos me han dado algo? ¿Ellos son perfectos? ¡No! ¿Entonces para qué preocuparme por su aceptación?- La única aceptación que me preocupaba era la de mis padres cuando realmente no era necesario ni esperarla, porque el que tenía que aceptarse siempre fui yo.
En ese momento tuve que decir que era mentira todo lo que le habían dicho, que realmente me gustaban las chicas, y que no entendía porque dijeron eso. Tuve que buscar una novia porque eso me lo pidieron en ese momento y tenía miedo a que supieran la verdad, realmente nunca pude besar a esa chica, no pude estar sexualmente con ella y solo la quería como una amiga, recuerdo que solo duramos tres semanas porque de resto no podía ni verla, no estaba bien fingir algo que no sentía.
Seguí pensando como hacer para decirles en algún momento que me gustaban los chicos con tan solo 15 años. Mientras me hacía fuerte para decirles a mis padres, le decía a mis amigos y familiares cercanos, el segundo en saber fue mi mejor amigo y siempre siguió siendo el mismo conmigo, incluso me cuidaba como si fuera frágil y no, yo le decía que el ser gay no me hacía frágil, y que las niñas tampoco lo eran (siempre asocian que si eres gay quieres ser niña y obvio no es así)
Un día Decidí escribir una carta donde decía como me sentía, en que iba a enfrentar la vida con mi orientación sexual sin importar nada ni nadie, cada página de la carta había manchones de lágrimas porque en cada palabra que escribía era una lágrima derramada por el simple hecho de sentirme culpable o el fracaso de una familia.
Todos salimos a trabajar una mañana, mi papá fue el único que quedó en casa, era el momento para yo entregarle la carta que había escrito, no me atrevía a entregársela, tuve que colocarla en su bolso y esperaba algún mensaje de él, veía que pasaban las horas y nada que me escribía, la angustia me estaba matando porque esperaba alguna llamada, mensaje, alguna respuesta buena o mala. Hasta que tuve que escribirle un mensaje de texto donde decía:- Te dejé una carta en el bolso, lo siento por fallarte a ti y a toda la familia te amo y espero que lo entiendas!. y su respuesta fue: -¡hablamos en la casa!-
Salí del trabajo y llegué a la casa, para completar PRIMER APAGÓN EN VENEZUELA. Esa noche no pudimos hablar porque la casa quedó totalmente oscura y solo esperaba que me golpearan, insultarán o me humillaran pero no. Realmente hablamos al siguiente día en la mañana, aunque fue lo mismo que la primera vez hablar de “decepción” y el qué “dirán”
Creo que me espere siempre lo peor de mi familia para no tomarlo de sorpresa, pero luego al pasar los días nada cambió siguió mi vida normal, creo que más era el miedo que me atormentaba que lo que realmente pasó, siempre fui libre, mis padre me fueron aceptando poco a poco, fueron indagando, fueron viendo que siempre seguí siendo el mismo niño alegre, el niño que le gustaba el diseño, el arte y que ha demostrado su ímpetu para lograr cada una de las metas que se a propuesto, hoy en día ven a mi chico como un hijo más y sigue creciendo el amor en mi familia.
Si no fue nada fácil para mi aceptar mi orientación sexual, no podía pedirle a ellos que me aceptaran fácilmente.
SOLO AMATE TAL CUAL COMO ERES!! PORQUE ERES MARAVILLOS@!!
¿Amor a distancia? ¿Realmente funciona?
Conocí a mi novio en el 2019 por medio de la app Facebook, y créanme que no fue nada fácil, ver a esa persona por videollamada todo los días, dos países vecinos pero un poco lejos Colombia – Venezuela. Duramos mucho tiempo hablando y conociéndonos con un poco de miedo y con la pregunta de si funcionaría o sería algo pasajero, tuvimos altas y bajas desde la distancia. Hasta que un día le dije -te doy el pasaje vente conmigo-, con los nervios de punta lo fui a recibir con su mamá que estaba acá en Venezuela y desde ese día hemos pasado buenos, malos y geniales momentos, hoy lo considero el amor de mi vida, y mi familia un hijo, tío, primo. uno más de la familia. Hoy en día somos ejemplo para algunas personas en la comunidad LGBTIQ+ ¡Si ves esto Enmanuel te amo mucho y gracias por siempre estar en mi vida!